El atentado mortal contra mi querido y admirado colega Ciro Gómez Leyva, es la cosecha negra del odio que ha venido sembrando cada día Andrés Manuel López Obrador contra los periodistas de este país.
Muchos de nosotros hemos advertido que, si el presidente no jala del gatillo, si ha enviado la señal de que matar periodistas es música para sus oídos.