Joe Biden, actual presidente de Estados Unidos, declaró su intención de rescatar el orden liberal global, que durante más de siete décadas garantizó la primacía de Washington y que su antecesor, Donald Trump, intentó desbaratar.

Durante sus dos primeras dos semanas en el poder, el mandatario se ha topado con una incómoda pregunta: 

¿Es posible volver atrás o el orden liberal global es ya solo un sueño?

El analista James Traub, comentó que el concepto de orden liberal ya se ha quedado “obsoleto”, porque Occidente ya no dicta las normas y durante las últimas décadas China ha demostrado que tiene poder para moldearlas a su antojo.

Advertisement

La idea ganó fuerza cuando en 1989 el politólogo estadounidense de origen japonés Francis Fukuyama publicó un artículo titulado “El Fin de la historia”, en el que proclamaba que el modelo del liberalismo capitalista de Washington había triunfado y dominaría el mundo.

“Todos estábamos equivocados”

James Traub

Biden, producto de su época

Como el resto de su generación, Biden es producto de su época, nació en un país que se veía como el héroe de la Segunda Guerra Mundial y creció en la década de los 50, cuando Washington se adjudicó el papel de benevolente guía de Occidente ante la Unión Soviética.

Hasta cierto punto, el mandatario reconoce que el mundo es “multipolar”; pero sigue creyendo que debe “poner a Estados Unidos a presidir la mesa” de las naciones.

Su empeño por guiar al mundo se plasma en las figuras que ha elegido como secretario de Estado y asesor de Seguridad Nacional, Antony Blinken y Jake Sullivan, ambos defensores del “excepcionalismo estadounidense”.

Cumbre por la democracia

Además, Biden quiere convocar una “cumbre por la democracia” en la que líderes mundiales busquen formas de fortalecer ese sistema de gobierno frente a amenazas como la corrupción.

La reunión busca marcar un contraste con Trump, que confraternizó con líderes populistas en Europa y dictadores, como el norcoreano Kim Jong-un.

Las grandes preocupaciones

Esas ideas han despertado preocupación entre algunos pensadores, que temen que Biden aliente el movimiento “neocón” que jaleó las intervenciones en Irak y Afganistán de George W. Bush (2001-2009) y perpetúe el modelo de dominio militar que Washington ha promovido.

“Durante los últimos 30 años, la base de la política exterior de EEUU ha sido el convencimiento en Washington de que solo existe un superpoder”

James Traub

A su juicio, esa concepción del mundo ha tenido consecuencias “catastróficas” para EEUU.

¿Podría ser una oportunidad? 

Ahora, Biden tiene la oportunidad de poner fin a la idea de que Estados Unidos es un superpoder por su supremacía militar, y a cambio resolver problemas dentro del país.

Como Trump, Biden prometió durante la campaña electoral que acabaría con las “guerras eternas” de Estaoda Unidos y, cuando ejercía como vicepresidente en el Gobierno de Obama, se opuso al incremento de tropas en Afganistán y la intervención en Libia.

TAMBIÉN PODRÍA INTERESARTE ¿Volverá EU a normalidad al lograr los 100 millones de vacunas?

Aunque habla de restaurar el liderazgo global de Estados Unidos, Biden parece decidido a priorizar la cooperación para resolver la pandemia y la crisis climática y, por ello, lo primero que hizo fue evitar la salida de su país de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y devolverlo al Acuerdo de París.

Pese a las buenas intenciones, conviene no olvidar que más allá de las ideas, los presidentes de Estados Unidos muchas veces no eligen bien sus cartas.