Después de la fractura de cráneo que sufrió el delantero, Raúl Jiménez en el partido entre el Arsenal y los Wolves de Wolverhampton el pasado domingo, el mundo futbolero quedó impactado con el choque de cabezas que tuvo con David Luiz y con las consecuencias que podría contraer el incidente.

Afortunadamente, la vida del mexicano se encuentra por ahora fuera de peligro, aunque no podrá volver a las canchas de inmediato con el Wolves.

LESIÓN DE IMPORTANCIA

La fractura de cráneo no es algo menor, ya que, si la fuerza del impacto es muy alta, el hueso puede fracturarse en la zona del golpe, o cercano a él, y comprometer las estructuras subyacentes como el cerebro, los vasos sanguíneos, meninges, y/o nervios.

De acuerdo con reportes médicos, el futbolista Raúl Jiménez ya comió por su propia cuenta y dio algunos pasos en el hospital en donde permanece internado, además de entablar una conversación telefónica con el entrenador de la Selección Mexicana, Gerardo Martino.

Lamentablemente este no es el primer caso en donde un futbolista sufre de una lesión tan delicada; hay casos como los de Ryan Mason, otro mediocampista del Hull City, quien debió retirarse a los 26 años por una fractura de cráneo ocurrida en un compromiso del 2017 contra el Chelsea en la Premier.

Mason duró tres meses en rehabilitación y pretendía volver al futbol, sin embargo, los doctores, neurólogos y neurocirujanos le recomendaron desistir si no quería arriesgar su vida, cosa que esperamos no suceda con el mexicano Raúl Jiménez.

¿QUÉ ES LA FRACTURA DE CRÁNEO?

Se trata de la ruptura de uno o más de los ocho huesos que conforman esa parte de la cabeza, usualmente generado por un traumatismo. Los huesos potencialmente comprometidos son cuatro impares ubicados sobre la línea media (frontal, occipital, etmoides y esfenoides) y dos pares (parietal y temporal).

Si la fuerza del impacto es muy alta, el hueso puede fracturarse en la zona del golpe, o cercano a él, y comprometer las estructuras subyacentes como el cerebro, los vasos sanguíneos, meninges, y/o nervios .

De acuerdo con la Universidad Johns Hopkins, estas se dividen en fracturas de bóveda craneal —lineales, son las más comunes; estrelladas, son múltiples; deprimidas, requieren cirugía; y diastáticas, las suturas del cráneo se abren— y de la base del cráneo —fosa cerebral anterior, media o posterior—. ​

SÍNTOMAS Y POSIBLES SECUELAS

Síntomas:

Pérdida de conciencia o desmayo

Salida de líquido cefalorraquídeo por la nariz u orejas

Sangre acumulada detrás del tímpano o, si el tímpano se rompió, gotea por el oído

Formación de un hematoma detrás de la oreja o alrededor de los ojos

Visión borrosa o mareos

Cambios repentinos en la conducta

Posibles secuelas:

Somnolencia y confusión asidua

​Convulsiones

Vómitos constantes

Dolor de cabeza intenso y persistente

Adormecimiento de brazos o piernas

Problemas para reconocer a las personas o reconocer el entorno

Pérdida del equilibrio

Dificultad para hablar o ver

Falta de coordinación