En su colaboración “Bala de terciopelo”, la comunicóloga y publicista, Ana María Olabuenaga, comenta que las que siguen, son las huellas que nos dejó el 2022, imágenes imborrables de lo que somos y ya no podremos dejar de ser, porque nos dejaron marcados, por lo menos en la corteza cerebral.
Violencia, militarización, atentados, muertos y muertas. Esas son las postales con las que se presentó México este año. Lo cual nos lleva a un presente oscuro. Un hoyo.
Esa es la imagen del año. Un hoyo grande como todo lo que prometía ser y no fue.