En su colaboración “Bala de terciopelo”, la comunicóloga Ana María Olabuenaga escribe que la fuerza de cada uno de los candidatos de Morena a la Presidencia nace y muere en la mirada del Presidente.
Lo que asombra es que alguien aún se pregunte cuál de los tres delfines tiene más fuerza. Y parece ser que ninguno. Uno construyó el tren, a la otra se le cayó y el último no va a viajar en él porque vive en una nube esperando los tiempos del señor.
La primera paradoja: preguntarse cuál de los tres candidatos es el mejor de todos, el que tiene más fuerza y personalidad, cuando lo que en realidad se está buscando es al que tenga menos para que así sea más fácil su sometimiento a los designios del entrenador.