En su colaboración “Bala de terciopelo”, la comunicóloga Ana María Olabuenaga comenta que crear un himno para un proyecto tan forzado y desangelado como el Aeropuerto Felipe Ángeles, en el fondo busca a través de elementos prestados, concederle a la obra el tamaño, la dignidad e importancia que por sí misma no consiguió.
Lo pomposo de un himno y su ampulosa musicalización intentan darle grandeza artificial a lo que nació pequeño.