En entrevista con Ricardo Rocha, la ambientalista Gemma Santana, señaló que a un año de la campaña “Selvame del Tren” la evaluación ha sido negativa para el medio ambiente: la deforestación, el relleno de cenotes, urbanización de lotes en torno a las vías, la belleza de la selva y, ante todo, está creando una crisis de agua que preocupa a los habitantes de la península.
En resumen, el Tren Maya es ecocida que está terminando con las comunidades mayas, concluyó.