Es «moralmente aceptable utilizar las vacunas contra el Covid-19 que usaron líneas celulares procedentes de fetos abortados en su proceso de investigación y producción», indicó la Congregación para la Doctrina de la Fe.
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En un comunicado, firmado por el prefecto cardenal Luis Ladaria y por el secretario, monseñor Giacomo Morandi, aprobado por el papa Francisco el 17 de diciembre, se aclaró que en el caso de la actual pandemia «se pueden usar todas las vacunas reconocidas como clínicamente seguras y eficaces con cierta conciencia de que el uso de tales vacunas no signifique una cooperación formal con el aborto del cual derivan las células con las que fueron producidas», señala el texto.
La nota «sobre la moralidad del uso de algunas vacunas contra el Covid-19» recuerda tres anteriores pronunciamientos sobre la cuestión: el de la Pontificia Academia para la Vida (PAV), de 2005; el de la Instrucción de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Dignitas Personae, de 2008, y por último, una nueva nota de la PAV, de 2017.
La Congregación para la Doctrina de la Fe no «pretende juzgar la seguridad y la eficacia» de las actuales vacunas contra el Covid-19, que compete a los investigadores y a las agencias de fármacos, sino que se concentra en el aspecto moral del uso de aquellas desarrolladas con líneas celulares provenientes de tejidos obtenidos de dos fetos abortados no espontáneamente en los años sesenta del siglo pasado.
La instrucción «Dignitas Personae» aprobada por el papa emérito Benedicto XVI especificaba que «existen responsabilidades diferenciadas» porque «en las empresas que utilizan líneas celulares de origen ilícito no es la misma de aquellos que deciden la orientación de la producción respecto a quienes no tienen ningún poder de decisión».
Por lo tanto, argumenta la nota publicada hoy, que cuando por distintos motivos no haya disponibles vacunas contra el Covid-19 «éticamente aceptables» es «moralmente aceptable» vacunarse con sueros que hayan usado líneas celulares procedentes de fetos abortados.
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Sin embargo, la Congregación para la Doctrina de la Fe, aclaró que «en tal caso se puedan usar todas las vacunas reconocidas como clínicamente seguras y eficaces con cierta conciencia de que el uso de ellas no significa una cooperación formal con el aborto del cual derivan las células con las que fueron producidas».
Por otra parte, el texto aclara que «la utilización moralmente lícita de este tipo de vacunas, por las particulares condiciones, no puede constituir una legitimación incluso indirecta de la práctica del aborto, y presupone la oposición a esta práctica de quienes acceden a ella».
Finalmente en la nota, se pide a las empresas farmacéuticas y a las agencias sanitarias gubernamentales que «produzcan, aprueben, distribuyan y ofrezcan vacunas éticamente aceptables que no creen problemas de conciencia».